jueves, 12 de septiembre de 2013

Distancia = Encuentro

Hace unas semanas, un pajarito (y no, no estoy hablando de ESE pajarito... el día que escriba sobre política en mi blog será el día que lo decrete como perdido) me dijo esta frase:
"La distancia se convierte en encuentro, el encuentro se convierte en plenitud y después de eso... ¿qué pasaría?"

Y yo, que como muchos saben, tengo ya varios añitos haciéndome una experta en esto de las distancias y los encuentros, decidí escribir un post al respecto. Les dije que mis caracteres también estarían dedicados a random personal stuff, so here we go. 

La verdad es que todos estamos separados por infinitas distancias, no sólo de familiares y personas que nos importan, sino a veces hasta de metas, sueños y cambios que queremos de nosotros mismos o nuestro entorno. Estamos en esa eterna espera de que la distancia termine convirtiéndose en el tan añorado encuentro, ése que puede ser el punto de giro que cambie nuestras vidas (o que por lo menos le dé un picantico a la cosa). Una vez que se da el encuentro con aquello que tanto anhelamos, nos sentimos no solo complacidos, sino hasta realizados. Nos sentimos PLENOS. Pero, y después de eso, ¿qué? ¿con qué se come eso?
I really meant, ANY kind of distance

Resulta que, en lo personal, contestar esas preguntas me resulta un tanto difícil. Estoy en esa típica etapa "veintitantoañera", en donde evidentemente dejé de ser niña (porque ya tocaba, sino fuck it, preferiría quedarme en el Nunca Jamás). Dejé de ser niña para luego dejar de ser adolescente (ya creo que estoy un poco vieja para la mayoría de los desastres que disfruté cometer en mi preciada juventud). Y ahora me encuentro como en ese limbo extraño entre joven y adulta contemporánea (¡JA!, sí, como una emisora de radio). 

Distancia -> Encuentro -> Plenitud. Te las tengo. Este año POR FIN salí del ciclo vicioso DISTANCIA-ENCUENTRO-DISTANCIA-ENCUENTRO-DISTANCIA-ENCUENTRO (bis x 10000), para pasar a esa última etapa que me comentó mi pajarito.

(((((PARÉNTESIS))))): para quienes todavía en este punto del post están perdidos... Este año por fin tuve la oportunidad de vivir en el mismo código postal que mi novio (sí, código postal, para mantenernos creativos), con quien mantengo una relación a distancia desde hace 7 años y 4 meses. And it feels freaking awesome! 

"I don't care! I love it!"

Entonces, puedo decir que estoy justo en esa etapa de mi vida, en mis veintitantos, llena de dudas y ansiedades... Viviendo un éxtasis interplanetario llamado plenitud. Pero ajá, buenísimo Mariana. Te la comiste. ¿Y ahora? ¿Y entonces? (bienvenidas sean todas y todos los que comienzan a traer el tema del matrimonio a la mesa, but no thank you). Este asunto va más allá de proceder con lo obvio o la salida "fácil". Así que, he aquí mis reflexiones al respecto (no se van a salvar de la listica... muahahaha!):

  • El tema con las distancias/encuentros es que el logro a primera vista es TAN grande, que termina cegándote con un manto de felicidad extrema. Debes andar con cuidado. Luego de que el clímax de euforia haya bajado (sí, eventualmente bajará), siéntate, respira y asimílalo (ya sea porque por fin te compraste el carro que tanto soñabas o porque te aceptaron en ése postgrado que tienes en la mira desde el primer día en la universidad). Yo, por mi lado, tuve que tomarme unos cuantos tecitos para creer lo que me estaba pasando. Y hoy en día no me caería mal una valeriana. My recommendation: "tread lightly" ;) 
  • Una vez que has asimilado el encuentro, y la plenitud se hace presente, disfruta. Sal a darle una vuelta al carrito (mosca y lo chocas de la emoción, ojo pelao'); sal a celebrar con tus amigas porque te vas a estudiar afuera; o como yo, pon todos tus esfuerzos en reconectar con esa persona que tanto extrañabas. Vamos, disfruta, que te lo mereces. 
  • Ahora sí llegó la parte difícil. Pensar en frío. Ajá, saca papel y lápiz. ¿Cuáles son las responsabilidades que implica este logro/encuentro? Manejar un carro sin seguro sería irresponsable, por ejemplo. Irse a estudiar afuera sin sacarle el jugo a ese postgrado como es debido (¿pararse temprano para ir a clases? ¡Nah, vamos por una birra!)... como que también. ¿Irme de mi país y pensar que viviría en una vacación eterna con mi novio? Tan irresponsable como madre ebria al volante con bebé de copiloto. Todo logro viene acompañado de la responsabilidad que implica haberlo conseguido. Haz una listica -así sea mental- de esos pequeños deberes y no los olvides. 
  • Por último, reflexiona y planifica. ¿Qué puedes hacer para que este encuentro perdure en el tiempo? ¿Qué harías para mantener tu carrito adorado por siempre y para siempre, o para aprender al máximo y obtener resultados brillantes en tu postgrado? ¿Qué podemos hacer para no volver a caer en ese fatídico ciclo distancia-encuentro-distancia-encuentro...? He allí la pregunta del millón de dólares. He allí la pregunta que me he estado haciendo desde que conseguí plenitud en mi relación. 

Si les soy honesta, pensé que al escribir este post daría con la respuesta. Y ahora me doy cuenta de que se trata exactamente de eso. A la plenitud, en lo personal, creo que le sigue la búsqueda. La búsqueda de aquello que te permita mantener ese logro. Porque, ¿saben qué? No hay nada más sabroso y gratificante que trabajar duro día a día por contestar esa pregunta.

Ahora cuéntame, ¿tú ya encontraste una respuesta?


¡Hasta los próximos caracteres!
Good night and good luck!

NiTa.

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